El Nazareno de Santa Cruz desfiló tradicionalmente en la procesión del Viernes Santo por la mañana.
Al alba, comenzaban en la iglesia de Santa Cruz los Oficios, dominados por el imponente Monumento, en el que habían trabajado los más destacados artesanos de Rioseco. El acto tenía la mayor solemnidad, con asistencia del cabildo eclesiástico y las autoridades civiles, atronados por el ruido de carracas y carracones.
Tras la función, salían las imágenes y los penitentes pertenecientes a la Archicofradía de la Pasión: una Oración del Huerto, Ecce Homo, el Nazareno, el Redopelo y el Cristo de la Pasión. La comitiva, con cruces, estandartes y velones, pasaba por la Plaza Mayor y entraba en todas las iglesias de la localidad: San Francisco, Santiago, Santa María y la iglesia de los Dominicos, que luego ocuparon los PP. Claretianos, hasta volver a Santa Cruz.
|