“La cara del Divino Maestro está modelada con alta idealidad, tal vez por Juan de Muniategui de los talleres vallisoletanos, que llegó con su destreza hasta copiar el alma. Detrás, soportando el leño sagrado, va Simón, el labriego de Cyrene.”
Esteban García Chico, Catálogo Monumental de Medina de Rioseco
El paso fue encargado a principios del siglo XVII por la Archicofradía de la Pasión, junto con su imagen titular, el Santo Cristo de la Pasión. La atribución de ambas obras a Juan de Muniátegui, que Esteban García Chico hace dubitativamente, parece ya desechada, pues el oficio de éste era el de ensamblador de retablos. Los historiadores riosecanos Ramón Pérez de Castro y Virginia Asensio apuntan a que es probable que fuese realizada en los talleres riosecanos de Pedro Bolduque por su sobrino, Mateo Enríquez. |