La sede, y el lugar de culto del paso, fue, desde que fue tallado, la iglesia de Santa Cruz. Primero, como parte de la Archicofradía de la Pasión. Desde 1820, con su propia cofradía.
La procelosa historia de la Iglesia provocó varias veces el cambio de ubicación dentro de la iglesia: primero en la capilla del Evangelio, y posteriormete en el precioso retablo barroco de la Virgen de la Piedad.
En 1847, por reformas en Santa Cruz, el paso fue trasladado al convento de San Francisco. La situación volvía a repetirse en la década de los 50.
La ruina definitiva provoca el traslado de los retablos a la Iglesia de Santa María, donde estuvo el paso hasta la inauguración del Museo de Semana Santa. |